Carlos Ordonez, Miami, 10/26/2023

La prolongada tensión entre israelitas y palestinos nos vuelve a mostrar en este mes de octubre espectáculos macabros y devastadores que aterrorizan a un mundo dividido entre los que reclamamos, una vez más, que se le ponga fin consensuado a este conflicto y quienes lo avivan con posiciones belicistas, a riesgo de un genocidio o limpieza étnica a la vista y  de un  escalonamiento a una guerra regional y mundial.

La incursión de numerosos militantes de Hamas en Israel, el siete de octubre, movidos por querer golpear al intocable, asesinando indiscriminadamente civiles indefensos, fue una acción  propia de una mentalidad inescrupulosa y criminal, éticamente condenable por el observador distante o no involucrado.

Esta acción devela siniestros indicios que sugieren la instigación y colaboración de y en ella del Gobierno de Israel. Se trata de una acción plagada de encubiertos manejos y pretensiones.

Al indagar sobre  la gestación de esta abominable mentalidad de Hamas, que difiere de la de las mayorías palestinas en la forma de enfrentar el sometimiento opresor, no resignada, tampoco violenta por  pragmatismo, me conduce de inmediato a la imagen de una población palestina sometida al asedio, bombardeo y opresión permanente por los gobiernos de Israel  en las anteriores siete y media décadas, todo esto intensificado contra la franja de Gaza bajo el control de Hamas desde el 2007, convertida en “la prisión al aire libre más grande del mundo”, rodeada de muros de concreto y cercas de alambre de púas, dependiendo de Israel para los servicios de combustible, agua potable y energía,  de los cuales ahora ha sido privada, teniendo los residentes que pedir permiso a los carceleros para salir de la franja. Esta perversa actuación de los  judíos gobernantes en Israel, dado su delirio por someter violentamente o exterminar a los palestinos para satisfacer su insaciable instinto expansionista, es responsable del surgimiento de estos grupos como Hamas.  Esto no justifica lo hecho por Hamas pero ayuda a esclarecer su génesis.

El gobierno israelí en su alardeado derecho de defensa, el que no ejerció oportunamente a la entrada de Hamas a Israel, emprendió una ofensiva brutal y cobarde contra la población civil en la Franja de Gaza pretextando que es para exterminar a los miembros de Hamas. Al día de hoy, según fuentes oficiales del Gobierno palestino, las fuerzas israelíes han dado de baja a algo más de tres mil niños. Israel trata de justificar su acción con que los asesinatos en masa de civiles son efectos colaterales en su afán para aniquilar a Hamas; también sostienen el supuesto de que Hamas al usar a la población civil como escudo protector la convierte en objeto militar. Y revestido de descomunal cinismo avanza con su plan para arrasar, borrar del mapa o hacer limpieza étnica en la Franja de Gaza, ya que ellos se creen  representar la luz y los otros la oscuridad, y la luz tiene que vencer la oscuridad; con esta abstracta validación religiosa que converge en el absoluto se disponen a cometer los vandalismos que les venga en gana eludiendo todo juicio y control terrenal, a sabiendas que los otros también pueden creer o predicar que son ellos otros la luz.

 Dejar a la población de Gaza sin luz, agua, alimentos es un crimen según el Derecho Internacional Humanitario, pero esto no inquieta a los judíos israelitas que no se atienen al derecho internacional, al Derecho internacional humanitario , ni a las resoluciones del Consejo de seguridad o de la Asamblea general de la ONU cuando no le satisfacen.. Esto desnuda aún más sus pretensiones  de imponer violentamente en territorio ocupado por palestinos su pleno dominio sin quien se lo dispute, expandiendo su imperio sin que nadie les ponga un alto.

 Bien vale aclarar que mi percepción es que este discurso y el accionar de la dirigencia estatal israelí difieren, no sé en qué tanto, de la conciencia de muchos israelitas y judíos sobre el genocidio en proceso.

Occidente no ha manifestado nunca serias intenciones de apoyar una solución pacífica a este conflicto, más bien la ha saboteado; pareciera que requiere de un Estado fuertemente armado y aliado a él para mantener controlado con su influencia bélica  el Medio Oriente. Se trata de la confluencia de mentalidades judía y cristiana en acción belicista e instrumentalizadora y no en acciones inspiradas en la justicia o el amor como lo establecen respectivamente tales credos.

Es urgente poner un alto a Israel en sus pretensiones genocidas contra la población palestina en Gaza. Al pensar así, de inmediato se me vino pensar en un acuerdo entre representantes de los judíos, los cristianos y los islamitas o musulmanes, pero en seguida me percaté de no existir las condiciones para una interlocución realizativa  o en perspectivas de llegar a acuerdos fundados racionalmente, cuando están apelando a sus respectivos fundamentalismos, así puedan ser en el fondo los mismos.

Una posible salida es realizar la propuesta de Gustavo Petro en la ONU,  de crear dos comisiones que trabajen en procura de la paz en Ucrania una y la otra la paz en Palestina. Comisiones  que necesitarían de la presión ciudadana para comprometer a sus gobiernos, especialmente a los que tienen derecho al veto -China, Francia, Federación de Rusia, Reino Unido y Estados Unidos- para sacar adelante sus recomendaciones. En el caso del Oriente Medio, es necesario insistir, con la presion de la ciudadania mundial para evitar el veto, con una resolucion de la Comision de Seguridad de la ONU llamando a un alto al fuego y también la que proponga la construcción de una propuesta para definir los territorios respectivos de un Estado  Israelita y otro Palestino, independientes, autónomos y sujetos al Derecho Internacional, el Derecho Internacional Humanitario y dispuestos a acatar las resoluciones de la Comisión de seguridad y la Asamblea general de la ONU. Es una solución racional laica y por eso la única posible.