Carlos Ordonez, Miami 07/11/2023

Al parecer, si mi percepción- que se identifica con la de muchos- acierta, se ha abierto una época de cambio para Colombia en un escenario mundial en el que tiende a abrirse una nueva época de cambio.

Se trata de un cambio significativo en la conciencia y las costumbres relacionales entre los seres humanos y entre estos y los demás seres naturales. Podría calificarse con una expresión venida a clásica: un Cambio civilizatorio. Un cambio necesario en  las mentalidades atadas todavía al esclavismo que inhibe a sus portadores de defender sus derechos; un cambio en la recepción de fincados misticismos que a la vez que se prestan  para fundamentar el autoritarismo coadyuvan a mantener arraigadas costumbres de sumisión y servilismo; un cambio en los fundamentos modernos que dieron lugar a concepciones como la de un ser humano egoísta y abusador, la del Imperio de la ganancia y  la del Estado nacional.

Cambio que va aflorando en diferentes formas e intensidad a nivel estatal, regional y mundial, pero en lo fundamental coincidente y por tal de influencia mutua, abriéndose paso para institucionalizarse en procesos complejos y tensos, en los cuales todas las fuerzas activas entran en acción y el debate político demanda que todo lo creído y sabido ha de ser discutido. Solo este cambio nos permitirá hacer frente, oportuna y eficazmente, a los retos de nuestro tiempo: el calentamiento global, la tendencia a la escasez de los recursos naturales básicos para la vida, la  deficiente producción de alimentos en relación con la demanda universal, la pobreza y la migración, la corrupción, la discriminación racista, económica y cultural,  la violencia como medio de dirimir problemas,  la  pérdida de confianza en  la ciencia, etc.

Se torna vital leer con juicio  lo que acaece en nuestro país y el mundo, sometiendo sus resultados al más amplio debate racional posible con arreglo a entendernos en sus demandas de transformación y, poder, cada quien, como ciudadano colombiano y, quizá, como ciudadano del mundo, decidir consciente y responsablemente  sobre lo que debemos todos y en bien de todos hacer.

Esta nota, “REFLEXIONAR PARA DECIDIR”, viene a ser la presentacion de las columnas que he de escribir con el propósito de: realizar, en calidad de observador y agente, el seguimiento crítico a estas tendencias de cambio.